martes, 23 de octubre de 2012

Ya está aquí! Parece que ahora sí es definitivo. Después de años de andanzas, todo tipo de vicisitudes y alguna que otra idea más bien peregrina, al fin ve la luz Volveremos a Ser Valientes. ¿Qué deciros de él? Bueno, como quien habla de su hijo, os diría: estoy orgulloso de él, creo que es genial, ¡en serio! Pero por supuesto, eso os daría bastante igual, ¿no?; supondréis que como a nadie le parece que su niño sea un auténtico tostón o un cabestro rematadamente odioso, tampoco yo soy objetivo con este libro. Por eso, seré honesto y simplemente os garantizo dos cosas: os reiréis lo vuestro con esta gamberrada de tinta y, cuando acabéis de leerlo, sabréis lo que es recuperar una extraña esperanza. Descubriréis que, aun cuando se toca fondo, se puede ser valiente otra vez. Recuperar el valor absurdo de quien simplemente sabe lo que tiene que hacer, aunque no le lleve a nada o el hacerlo suponga arrasar lo que hasta entonces ha sido su vida. Pero a cambio, se recupera el sueño. Y los sueños. Es, por así decirlo, un homenaje a los perdedores que son conscientes de serlo y pueden reírse de ello, desafiando a todo aquello que les queda grande. O como dijo Germán Sancho: es un looser jugando la Champions, y además se la suda hacerlo. Pero hay algo más. Claro, tenía que haberlo. Este blog no es sólo una página dedicada a Valientes. Está dedicada a los valientes; vamos a desafiar juntos a toda esa mierda que a veces nos hace caer en la apatía, el aburrimiento y… en fin, el aborregamiento general. Os invito a participar en este punto de encuentro para publicar ideas, experiencias y para hacer algún que otro experimento bastante curioso que os desvelaré en las próximas semanas. Así que, no os engañéis, este no es mi blog o el de mi hijo tonto (del que os aseguro que os vais a encariñar en cuanto lo conozcáis); este es un punto de encuentro, un lugar común al que os invito; este es vuestro sitio. ¿Necesitáis más? ¿Queréis saber algo más? Bueno, no os preocupéis, no tardaréis en tener noticias. Mientras tanto, brindo con vosotros a la salud de este nacimiento. Porque, no lo olvidéis, a partir de ahora… Volveremos a ser Valientes.

Luis M. Moreno

Después de haber tanteado varios palos, escribiendo alguna que otra obra de teatro, como Prometeo Encadenado, Cásicos Etílicos y Clásicos Bíblicos, y de publicar un libro de poesía, al que me une más el cariño que el orgullo, y que podría pasar al olvido sin demasiado problema (Agujas de Agua), o bien participar en antologías donde tuve la suerte de compartir páginas con Aute, Sabina o Luis Garía Montero, finalmente me lancé al gran reto: una novela. Y, ya puestos, una novela que, todo hay que decirlo, he disfrutado como un enano. Imagino que eso se nota cuando lees ciertas cosas. El humor negro, que es lo que a fin de cuentas nos saca una sonrisa cuando menos lo esperamos, y quizá cuando menos deberíamos, es algo que debo agradecer a Los Viernes Tontos, ese grupo de locos teatreros que una vez al mes se dedica a arrancar carcajadas a la gente de forma tan gratuita como absolutamente genial. Después de más de diez años con ellos, me siguen dando cuerda para rato. Pero imagino que este libro es una mezcla de eso y de los años que llevo trabajando con la parte más compleja de nuestra sociedad, en centros de menores cerrados, abiertos, plantas de psiquiatría de hospitales, centros de discapacitados… De todo ello he aprendido que si hay algo que nos caracteriza es que la vida siempre merece una risa, a pesar de todo. Un guiño es suficiente para sacar adelante cualquier cosa.

domingo, 7 de octubre de 2012

SINOPSIS




   La muerte de Sara, con tan solo diecinueve años, apenas llama la atención general. Al fin y al cabo, una psicótica obsesionada con el suicidio no podía tener muchas otras alternativas. Sin embargo Marcos, psicólogo del hospital militar donde Sara pasaba largas temporadas, no parece estar convencido con lo que, a todas luces, parece lógico.
   Así, este vivido adicto a la marihuana se ve inmerso en una espiral donde su maltrecha salud mental corre el mismo riesgo que su propia vida.
   Empujado por una creciente obsesión, y acosado por veladas amenazas en forma de balas que alguien va colocando en su camino, Marcos verá cómo cada rincón de su vida es sacudido. Pero nada podrá detenerle.
   Acompañado por Roberto, uno de sus estudiantes adicto al cacao, se lanzará a una búsqueda en la que saldrán a la luz secretos que jamás habrían debido ser encontrados.